Quizá tenía unos diez años, cuando abuelita me sentó en la cama junto a ella, en sus manos sostenía un paquete con medias blancas.
-Manuel, vea estas medias, este va a ser su regalo de nuestra parte.-
Me parecía raro pues generalmente regalaba otras cosas, aunque en realidad no recuerdo qué.
-No es que no tengamos plata, o que no los queramos.- Prosiguió - Es un símbolo, la Navidad no se trata de recibir un buen regalo, sino del amor.-
Recuerdo las vísperas estar con tía Viky y algunos primos; pintando figuras de cerámica, animalitos, hacer estrellas de papel para el árbol. Navidad no era el 25, no era una fecha, era una justificación para estar más tiempo juntos.
Los adultos compartían con los niños, nos enseñaban a decorar, a ser creativos, a hacer y compartir. No porque era 25, sino porque se podía.
También, nos reuníamos para preparar obras:
Magia e ilusionismo... Música... Títeres...
Incluso los mayores prepararon una obra genial cómica... Solo recuerdo a tío Diego vestido de mujer 🤔...
Llegado el día de la celebración, cada quien ponía su especialidad pero, abuelito con su carácter alegre y juguetón, inculcó una de las mayores tradiciones en la familia. Lo más esperado de la tarde del 24...
Abrir los regalos -no, no para ver los juguetes, galletas finas, navajas o medias blancas-. El secreto estaba en el papel.
Una vez el último regalo era entregado, las bolas de papel surcaban la sala, adultos, jóvenes, y pequeñines, cada quien se atrincheraba, lanzaba y esquivaba en un campo de risas.
Lo que importa no es el 24 o 25 (siempre los confundí), lo que importa es todo el tiempo previo de preparación, de convivencia. Y no me refiero a comprar lucecitas, buscar regalos y ordenar la casa.
Sino en el tiempo que se comparte, en que las personas se unen en una meta en común, hablamos de humanidad, no importa quién, pues juntos: religiosos, ateos y cristianos, nos reunimos para convivir.
Está fecha es rica en simbología, historia y controversia, pero hoy no hablaremos de ella, pues podríamos extender horas en cada detalle.
Solo veremos una de sus mayores controversias -de la cual he participado en recurridas ocasiones- la fecha. En efecto, la celebración tiene origen “pagano”, probablemente Jesús no nació el 25, para otros ni siquiera nació.
Pero, vale la pena centrarse en la esencia de su legado... El amor.
Así que, el amor lo entendí esa tarde sentado junto a abuelita con las medias blancas.
Navidad no es una fecha, es un símbolo de unidad y fraternidad.