Cada instante sembramos semillas en el jardín de la vida;
cada pensamiento, actitud o mirada.
Esto forma la gran maraña de tu vida:
simple: crea y cosecha.
¿Quién define el fruto?
Pues quien lo sembró.
Las situaciones vendrán, son el conjunto de acciones sembradas colectivamente.
Pero, la respuesta a ellas es el fruto de cada semilla que he decidido cuidar.
Siembra alegría y responderás con alegría,
siembra amor y sentirás amor.
Solo tu eres el jardinero de tu vida,
siembra los pensamientos en una mente pura y clara,
riégalos constantemente con benevolencia y el poder infinito de Dios,
esos frutos crecerán y si aprendes a tomarlos
tendrás una vida de abundancia interior.
Quien es abundante de amor, alegría y paz
es capaz de dar amor, alegría y paz;
incluso entre la escasez.
Este es el jardín de la vida
y sólo tu decides que sembrarás.
-Esta es la ley del karma, acción reacción; eres dueñ@ de tu vida-
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