Se el faro que alumbra en las tinieblas, se la luz de paz en medio del Kaoz.
Recuerda el estado natural del ser,
las tormentas podrán golpear,
sacudir,
irrumpir con la rutina, en los pensamientos, la salud, en lo físico;
pero el verdadero "yo",
esa energía eterna, viva, el alma,
es quien decide cómo reaccionar, cómo vivir.Cuando uno realmente se mantiene consciente de esta fuerza espiritual que se es, se retoma la paz como un estado natural y constante del ser.
Así se es capaz de vivir y responder con ecuanimidad ante las situaciones adversas.
Claro está, se requiere práctica:
- Tomar tiempo en soledad y silencio, tiempo de calidad para reconocerse como esa energía inmortal, más allá del cuerpo físico, volver a sentir el estado natural de paz. Dejar que vengan las nubes, pero no batallar contra ellas, solo dejarlas pasar.
- Tomar poder de la fuente que solo el Alma Suprema (Dios) es capaz de dar, sentir su velo de protección y su amor espiritual emergen la valentía del ser.
De esta forma uno se convierte en un faro entre la confusión, en la vida diaria.
Recordar que la prioridad es la paz, por lo que cualquier tarea que realice con esa consciencia será exitosa y se creará una atmósfera pacífica al rededor.
Quien genera esa paz a su alrededor es capaz de calmar la confusión en los demás, ser un ejemplo que guíe a los demás hacia la fuente -Dios-.
Así que dejad que las tormentas crezcan, pero que la luz del ser nunca se desvanezca!
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