Es ahora, en medio de la confusión
que El Botero
nos enseña el camino,
nos da la fuerza para atravesar el océano de la vida.
-Navegante de los océanos y tempestades,
es ahora que puedes decidir, chapotear en este pantano de sufrimiento
o nadar hacia el océano de la paz y felicidad.
Uno es el viajero que ha olvidado el rumbo
ha olvidado su verdad.
Cada acción y pensamiento
trazaron el camino,
pero hasta ahora...
...solo encontramos tempestad,
olvidando la luz del ser.
Ahora estancados, hundiéndonos en este pantano
superficial, materialista y corrompido,
cansados, confundidos...
Ahora es que regresa el Faro Verdadero,
la Fuente de poder, paz, pureza y sabiduría,
es ahora,
que la Verdad Eterna, el Alma Siempre Pura, inmutable
regresa a mostrarnos el camino.
Dulce Amado ahora nos sacas de este pantano,
pero depende del ser decidir,
tomar las riendas y atravesar al océano de dicha,
o volver a chapotear y esperar que el sufrimiento se seque.
Yo elijo nadar, con todas las fuerzas hacia la luz,
recuperar mi verdad, pureza y por tanto felicidad;
sin embargo será un viaje entre tormentas y tempestades...
pero quien de la mano de Dios está, podrá tambalearse, pero está firme que nunca se hundirá.
que El Botero
nos enseña el camino,
nos da la fuerza para atravesar el océano de la vida.
-Navegante de los océanos y tempestades,
es ahora que puedes decidir, chapotear en este pantano de sufrimiento
o nadar hacia el océano de la paz y felicidad.
Uno es el viajero que ha olvidado el rumbo
ha olvidado su verdad.
Cada acción y pensamiento
trazaron el camino,
pero hasta ahora...
...solo encontramos tempestad,
olvidando la luz del ser.
Ahora estancados, hundiéndonos en este pantano
superficial, materialista y corrompido,
cansados, confundidos...
Ahora es que regresa el Faro Verdadero,
la Fuente de poder, paz, pureza y sabiduría,
es ahora,
que la Verdad Eterna, el Alma Siempre Pura, inmutable
regresa a mostrarnos el camino.
Dulce Amado ahora nos sacas de este pantano,
pero depende del ser decidir,
tomar las riendas y atravesar al océano de dicha,
o volver a chapotear y esperar que el sufrimiento se seque.
Yo elijo nadar, con todas las fuerzas hacia la luz,
recuperar mi verdad, pureza y por tanto felicidad;
sin embargo será un viaje entre tormentas y tempestades...
pero quien de la mano de Dios está, podrá tambalearse, pero está firme que nunca se hundirá.
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